Construir con Tierra

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La construcción con tierra es tan antigua como la cultura humana. En cada Continente del planeta existen arquitecturas que manejan la tierra formadas en tiempos inmemorables y sobrevivientes a través del tiempo. La recuperación de este saber tradicional y su inclusión en el campo del saber contemporáneo se lleva a cabo con entusiasmo en muchos centros de investigación europeos y americanos y se proyecta ya en ejemplos realizados en diversos lugares.

Estas cualidades arquitectónicas de las construcciones vernáculas, deberán ser reencontradas. Y ejemplos no faltan, en el Suroeste de América, en África del Norte; en los confines del Sahara o en África Occidental, en países que difícilmente salen del colonialismo cultural, en el Medio Oriente (donde la bonanza petrolera amenaza condenar por un tiempo estas técnicas), en China, etcétera.

Extraído del Prefacio de Libro: Construir con Tierra Tomo 1 por Craterre.

Famosas Construcciones con Adobe

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La tierra es uno de los más antiguos materiales de construcción en la historia de la humanidad. Las civilizaciones persa, asiria, egipcia y babilónica, la utilizaron en abundancia, y los ejemplos que han perdurado muestran que los antiguos no dudaron en emplearla en obras a veces monumentales:

Arco de Ctesiphon en Irak, y en confiarle sus bienes más preciados para toda la eternidad:

Pirámides en Saggara, Egipto, (construidas durante la Primera Dinastía).


Menos conocidas son las ruinas de Chan-Chan en el Perú , la más grande ciudad precolombina de América de Sur: ella ocupaba una superficie de catorce kilómetros cuadrados.

La arquitectura de tierra no es solamente una curiosidad arqueológica, debemos tener en cuenta que hoy más de la tercera parte de la población mundial habita en construcciones con tierra. Este material sigue siendo preponderante en casi toda el África, el Medio Oriente y América Latina. Es igualmente una forma de hábitat vernáculo en China e India. En Europa, aunque prácticamente olvidadas ahora, las construcciones con tierra siguen siendo parte del paisaje cotidiano en los países del Este, e igualmente en Gran Bretaña, España y Francia.

La región de Nuevo México, Arizona y el Sur de California en Estados Unidos, vive una moda creciente de la construcción en adobe. Esta arquitectura heredera de las tradiciones indígenas y españolas presentan un carácter regional único en Estados Unidos.

El segundo punto de interés en la construcción con tierra es provocado por un alza creciente del costo de la energía, que repercute sobre productos como el cemento y el ladrillo cocido. Los análisis recientes de los costos “ecológicos” de los procedimientos, haciendo intervenir el “costo social” muestran que el empleo de los materiales de construcción menos caros en el mercado -aglomerados de cemento- no pueden ser a largo término, la solución más pertinente. Dentro de este marco la tierra presenta un interés ecológico evidente.

La técnica de la construcción con tierra es actualmente lo suficientemente segura para competir con los materiales clásicos, heredera de una tradición popular, posee las ventajas de una tecnología simple. Al tiempo que demanda poca inversión en materiales, y es fácilmente adaptable.

Nuevas Tecnologías, Viejos Materiales

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La importancia del sistema de los ADB-CONCRETO, es que se basa en la materia prima, que recomendablemente puede resultar ser tierra del mismo sitio en el cual se van a construir las unidades habitacionales. La construcción con tierra es, sin duda, el método ancestral más utilizado en el globo terráqueo. La nueva tecnología de tierra va enfocada tanto a la producción, como a la reducción de elevados costos en que se incurren actualmente en las obras de edificación.

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LA EDIFICACION ECOLOGICA VA CUESTA ARRIBA


Por Diego Cevallos*

Los edificios de América del Norte liberan abundantes gases invernadero, aguas servidas y residuos, mientras asoma apenas la construcción ecológica en México, con cinco mil viviendas populares erigidas.

MÉXICO, 2 abr (IPS/IFEJ) La clase de edificio donde uno vive o trabaja y el uso que le da generan buena parte de los cambios climáticos que preocupan a los científicos. La energía consumida allí se traduce en gases contaminantes, el agua en desechos y los materiales de construcción en basura.

En América del Norte, entre 11 y 30 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del recalentamiento global, provienen de las edificaciones, que gastan gran parte de la electricidad disponible, el agua y las materias primas, entre ellas maderas preciosas extraídas muchas veces de manera ilegal, y compuestos plásticos como el policloruro de vinilo o PVC, perjudiciales para la salud.

Solamente en Estados Unidos, generador de casi un tercio de los gases invernadero mundiales, las edificaciones consumen alrededor de 65 por ciento de toda la electricidad, 40 por ciento de las materias primas y 12 por ciento del abasto de agua.

En México, que emite dos por ciento de esos gases, los edificios gastan 20 por ciento de la electricidad, 80 por ciento de la cual se produce mediante quema de combustibles.

Esos dos países, que junto con Canadá integran la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA), buscan disminuir el impacto de este sector en el cambio climático que, según la mayoría de científicos se produce por la acumulación atmosférica de gases procedentes sobre todo de la quema de combustibles fósiles.

Expertos de los tres países analizan el asunto desde inicios de año y ofrecen para septiembre un amplio informe que incluirá recomendaciones a los gobiernos.

El objetivo es acotar las construcciones contaminantes y dar cauce a las sustentables, que se integran al ambiente de forma amigable, consumen poca electricidad e, idealmente, procesan el agua y la basura que desechan, además de brindar particular confort a sus habitantes.

Pero la meta está cuesta arriba. "El desarrollo de la edificación verde es incipiente y no hay una política eje de los gobiernos en la materia", dijo David Morillón, experto de la Universidad Nacional Autónoma de México y uno de quienes redactarán el informe final de la CCA.

No obstante, ya hay algunos planes en marcha, y decenas de arquitectos, ingenieros e investigadores de América del Norte y del Sur intercambian información mediante redes virtuales, organizando a veces seminarios sobre construcción "verde".

En los últimos seis años, Canadá y Estados Unidos desarrollaron nuevas normativas ambientales para las edificaciones, firmas privadas crearon certificados para las constructoras de edificios sustentables y emergió un marginal servicio de hipotecas "verdes", que presta dinero bajo consideraciones ambientales.

Aun así, el porcentaje de edificios ecológicos en esos países no supera 10 por ciento del total.

En México, el gobierno patrocina un plan de construcción sustentable para sectores de bajos ingresos gestionado por el sector privado. Así se erigieron unas cinco mil viviendas, la mayoría de entre 40 y 70 metros cuadrados y ya casi terminadas.

Para un país donde la demanda de vivienda supera el millón de unidades por año --aunque en los últimos seis solamente se levantaron 500 mil anuales-- el proyecto es apenas un pequeño paso.

Las construcciones mexicanas apuntan especialmente a bajar el consumo de electricidad y agua, pero no incluyen equipos de energía solar ni de tratamiento de aguas servidas, que son los ideales para ese tipo de edificaciones.

"Este es un paso experimental" y apunta a generar información y hechos comprobables para que sea el mercado "el que finalmente imponga la necesidad de caminar hacia las construcciones sustentables", señaló Evangelina Hirata, directora de la estatal Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda.

Pero no se puede asegurar que en seis años más México construya todas las viviendas con características sustentables, "lo que ahora no sucede en ninguna parte del mundo", continuó.

El 29 de marzo entró en vigor en España el Código Técnico de Edificación, que obliga a incluir fuentes renovables de energía para obtener agua caliente y electricidad en todos los edificios que se empiecen a construir o a rehabilitar desde esa fecha.

Según la nueva norma, habrá límites para el consumo energético de los edificios en función de sus características, se impulsará el mejor rendimiento de los sistemas térmicos y de iluminación y se impondrá un porcentaje obligatorio de fuentes limpias: energía solar directa y paneles solares.

Mientras, en México se está sembrando una semilla. "Espero que en un año el sistema financiero mexicano comience a ofrecer hipotecas verdes", tras comprobar que, "a la larga", cualquier edificación sustentable resulta más barata y beneficiosa para usuario y comunidad, agregó.

Según Morillón, construir un edificio sustentable puede llegar a costar entre tres y 20 por ciento más que uno tradicional. Pero confía en que el mercado las abarate cuando se generalicen.

Eso podría tardar muchos años, y el tiempo apremia, lamentó.

En México, las construcciones tradicionales tienen una vida útil de 30 a 40 años, pero en 10 o 12 años más el país podría quedarse sin petróleo, lo que dificultaría la oferta de electricidad para esas edificaciones.

El tiempo presiona también por el lado del cambio climático. Si el consumo de combustibles fósiles y el proceso de deterioro ambiental continúan como hasta ahora, a finales del siglo la temperatura planetaria promedio podría aumentar entre 1,8 y 6,4 grados y el nivel del mar entre 18 y 59 centímetros, según diversos pronósticos.

* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).